Continuamos las rutas por Tarazona completando el paseo mudéjar.
Para reanudar nuestro paseo, podemos salir por la puerta principal de la iglesiade Santa María Magdalena, lugar en el que nos habíamos detenido. Si recorremos la calle de San Atilano hacia el barrio de San Miguel, encontraremos un templo medieval bastante dañado a lo largo del tiempo, que dio paso a un edificio renacentista donde destacan detalles mudéjares.
Por otra parte, en el barrio de Cinto, se encuentra un precioso campanario decorado con cintas de esquinillas rectas, que corresponde al convento de la Concepción. Destacan, siendo la evidencia del arte mudéjar, las tracerías caladas de yeso que en origen ornaban el coro de la iglesia.
Otro de los vestigios mudéjares lo encontramos en las bóvedas del convento de carmelitas descalzas de Santa Ana. Estas fueron rehechas en el 1636 y decoradas mediante yeserías de raigambre mudéjar.
Por último, uno de los más interesantes restos mudéjares que quedan en Tarazona es la mezquita de Tórtoles, construida entre 1447 y 1455. Consta de una sola nave rectangular, con techumbre de madera donde destacan dos arcos diafragma. En el papo de una de las jácenas de la techumbre se puede observar una inscripción de un poema árabe de carácter lírico, que puede proceder de alguna casa mudéjar con cierto abolengo. Otro elemento destacable es u arco de herradura de ladrillo que da acceso al mihrab, pequeño espacio interno precedido por un arco que marca en las mezquitas el sitio donde han de mirar los que oran y también alberga el Corán.
A pesar de ser una ciudad multicultural, Tarazona destaca por su belleza mudéjar, que han llevado a lo largo de los años a multitud de turistas a recorrer sus calles y contagiarse de su encanto.
