Celebramos San Valentín con una historia de amor…o de desamor?

Mañana 14 de febrero, todos los enamorad@s celebran su fiesta, el popular Día de San Valentín. Y alguien se preguntará, quién era éste santo y por qué está vinculado con éste día?

Una de las teorías más sustentadas sitúa el origen de ésta celebración de San Valentín en la Roma del siglo III, cuando el emperador romano Claudio II prohibió el matrimonio, ya que los recién casados se negaban a ir a la guerra. Además, el emperador quería frenar la expansión del cristianismo por su territorio. El sacerdote Valentín continuó celebrando matrimonios, por lo que obtuvo gran fama y reconocimiento, pero le costó ser encarcelado. Mientras estuvo recluído su custodio se dio cuenta de sus buenas cualidades. Le presentó a su hija Julia, que era ciega de nacimiento y le propuso que curara su ceguera. El sacerdote aceptó y obró un milagro atribuído a su amor cristiano y a la nueva fe de Julia y su familia. Julia recuperó la vista. Valentín fue ejecutado un 14 de febrero. En su tumba Julia plantó un almendro y hoy éste árbol es considerado símbolo de amor y amistad.

San Valentín, cuya festividad se celebra mañana 14 de febrero.
San Valentín, cuya festividad se celebra mañana 14 de febrero.

La Historia de amor de Manfredo y Clara

Aquí comienza la historia de un amor atormentado e imperfecto que marcará para siempre la vida de dos amantes en la ciudad de Tarazona.

Según cuenta la leyenda el Rey de Aragón Pedro III dió una recepción en Tarazona en 1282, con el fin de agasajar a los embajadores que habían ido a apalabrar la boda de su hija, la futura Santa Isabel con el Rey de Portugal, Dionis. Hasta Tarazona acudió con su mujer la Reina Constanza y el séquito de ésta, entre el que se encontraba su joven paje Manfredo, siciliano de nacimiento. A dicha recepción fueron también invitadas las familias turiasonenses más notables. Entre los asistentes destacaba la belleza de la hija de un caballero turiasonense llamada Clara.

Entre Clara y Manfredo enseguida surgió un apasionado amor y todos los días se encontraba en una fuente situada en el olmedo de la ribera del Queiles. Y rompiendo las leyes no escritas del recato de la época, consumaron su amor en una noche de lujuria y frenesí.

Río Queiles, testigo del amor entre Clara y Manfredo.
Río Queiles, testigo del amor entre Clara y Manfredo.

El séquito de la reina debía abandonar la ciudad de Tarazona, pero antes Manfredo dió palabra de casamiento a Clara. La relación entre Clara y Manfredo se mantuvo viva epistolarmente, pero poco a poco la llama del amor en el muchacho se fue apagando.

En 1283 Pedro III de Aragón convocó Cortes en Tarazona, acudiendo de nuevo con la reina y su séquito. Clara conoció con alegría la visita real, pues volvería a ver a su amado Manfredo. Pero éste rehusó cualquier encuentro con Clara.

Clara pidió audiencia con la Reina Constanza para contarle lo sucedido, quedando ésta como intercesora ante Manfredo. Todo fue en vano, puesto que Manfredo recordó a la reina que por su origen siciliano no podía llevar al altar a una de sus mancebas.

Clara enterada de la decisión de Manfredo, citó al paje real en el olmedo, donde antes solían festejar su amor. El siciliano acudió decidido, pensando en un final amistoso. No obstante, Clara nada más verle, le recordó su promesa de matrimonio y ante una nueva negativa por parte de Manfredo, sacó una daga que llevaba escondida clavándosela al paje en su corazón.(«Ruta turística por la Tarazona misteriosa» (curiosidades y leyendas)-Jesús Angel Arcega Morales).

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