¿Preparad@ para iniciar un evocador viaje por la Ruta del Patrimonio Industrial de Tarazona? Un itinerario fundamental y esclarecedor que te trasladará a una época todavía reciente.

¿Y por qué hacer ésta ruta? Porque conservamos un total de 28 edificios de las más de 40 industrias e infraestructuras que fueron motor de desarrollo y transformación de la ciudad. Son los «otros monumentos», la huella de la historia reciente, que se enriquece con testimonios vivos y bienes conservados por los ciudadanos, que de forma conjunta construyen un rico legado histórico de los siglos XVIII, XIX y XX.

Por ello, la Fundación Tarazona Monumental siempre ha tenido en cuenta en sus acciones de divulgación y puesta en valor el Patrimonio Industrial. En su Guía de Tarazona editada en el año 2009 existe una ruta del Patrimonio Industrial, y desde el año 2012 se realizan con gran éxito conferencias y visitas temáticas todos los meses de septiembre para rescatar éste capítulo de la historia de Tarazona que tantas huellas patrimoniales ha dejado en la sociedad y en el urbanismo de la ciudad.
En el año 2015, coincidiendo con el Año Europeo del Patrimonio Industrial y Técnico, se celebró una exposición temporal «MADE IN TARAZONA». Esta exposición sirvió para documentar y poner por escrito la historia de la industrialización de Tarazona que hasta el momento no contaba con un estudio general del tema. En ella se recogía toda la información existente, y una importante muestra de objetos y bienes patrimoniales de todas las industrias que hubo en la ciudad entre mediados del S.XVIII y la mitad del S.XX.

Tarazona se sube al tren de la industrialización
Desde mediados del S.XVIII Tarazona sufrió una importante transformación y modernización que afectó al sistema productivo y económico, y por lo tanto a su sociedad y al urbanismo, potenciados por comunicaciones como el ferrocarril y la energía eléctrica.

Un período con nombres ilustres, los de grandes empresarios y emprendedores que convirtieron a Tarazona en un referente industrial a nivel nacional, en sectores como el textil y los fósforos.
En Tarazona se fabricaron productos que siguieron la senda de la exportación a países como Cuba y Alemania. Este fue el caso de las cerillas hechas en «La Catedral del fósforo», que es como se conocía a la fábrica de fósforos del Carmen, fundada por el pionero Pascasio Lizarbe. Una fábrica de la que surgiría la también importante fábrica de fósforos de Dionisio Lasa.


La industria textil, es sin duda, una de las más longevas de la ciudad y en la que varias generaciones de turiasonenses trabajaron hasta hace pocas décadas. En éste sector destaca un apellido: Gutiérrez. Esta familia llegó a la capital del Queiles en 1890 y a partir de entonces fundaron «Textil Tarazona» y «Cipriano Gutiérrez Tapia».



Otros sectores destacados fueron el alimenticio; con un trujal de aceite, tres harineras, una fábrica de chocolate o la fábrica de fideos y pastas finas para sopa. La industria química con la importante fábrica de papel, la fábrica de Aceites de Orujo, lejía y jabonería, las artes gráficas y las numerosas alcoholeras. También el sector de la construcción tuvo un papel relevante, con una importante tejería.


Una actividad que duplicó la población, lo cual enseguida se notó en el urbanismo de la ciudad, con la construcción de barrios obreros, que introdujo a la mujer en el mundo laboral y que hizo posible que la ciudad contase con importantes servicios sociales, como es el caso del instituto profesional.